Cuestiones de Género

Feminismo vs. Machismo
Hombres vs. Mujeres
(¿Madres vs. Hijos?)

  Dicen los que saben que el Planeta Tierra sostiene una población humana de casi 7 mil millones de almas. En esa gigantesca cifra se distingue un 50 (y tantos) % de individuos Mujeres más un porcentaje restante, por lógica algo menor, de Hombres (paridos por Mujeres).

  Población Mundial = 5?% de Mujeres + 4?% de Hombres (paridos por Mujeres) 

  La ecuación puede estar sujeta a modificaciones de uno y otro porcentaje, mas no admite duda en cuanto a los factores que componen la suma: Mujeres y Hombres (paridos por Mujeres).
  Tal como se plantean las cosas, se esperaría ver algún tipo de superioridad femenina influenciando la realidad económica, política y social de las sociedades modernas. Sin embargo; ni el papel fundamental que la mujer ejerce en pro de la continuidad de la Raza Humana, ni la superioridad numérica de individuos mujeres determinan la presencia de una mayoría femenina íntegra y en pleno ejercicio de las características propias al género. 
  En otras palabras, uno esperaría ver ciudades repletas de mujeres finas y distinguidas gozando los parabienes de su condición femenina. Muy por el contrario, el supuesto poderío de género no es más que un espejismo que se diluye tras los estereotipos de la mujer moderna: antes que una mujer “distinguida” lo más factible es compartir el tren con una “neurótica”, así como mujer “fina” encuentra en las “histéricas” su máximo parecido con la mujer actual. Igual a estos, otros estereotipos agreden y mutilan constantemente la condición de ser mujer en nuestros días, llegando al extremo de convertir a la mujer actual en –estereotipo de- guerrera. Guerrera de una batalla sin enemigos declarados; guerreras contra un enemigo que ya entrado el siglo XXI sigue sin asumir forma, nombre o género específico. Así es que, como producto de la sociedad actual, el concepto de féminas modernas se resume en guerreras, en mujeres agresivas, provocadoras, mujeres a la defensiva. 
  
  Madres, esposas, hermanas, hijas… múltiples etiquetas para rotular a millones de mujeres que a diario marcan huella de tacones en el mundo moderno; un mundo que -¿para que negarlo?-  fue diseñado y desarrollado a la medida de un Modelo Masculino
  Desde la medicina, que toma como punto de referencia el cuerpo de un ser humano macho; hasta las religiones, que reservan para sus iluminados referentes un espacio casi exclusivamente masculino; los baúles de la historia guardan más pantalones que faldas.
  La sociedad entera se muestra fiel al Modelo MasculinoReconocer esa inclinación en la balanza social es dar un paso al frente en el proceso de comprender los porqués de un mundo que parece tener preferencias inapelables.
Aceptar “un mundo estructurado en base a las necesidades y capacidades masculinas pero habitado por una mayoría de mujeres”, es un buen primer paso para liberar a ambos géneros de la responsabilidad del éxito -o el fracaso- del Ser Humano como Raza, y de la inútil competencia entre los sexos.

  ¿Que las mujeres son mas fuertes o los hombres mas valientes? 
  ¿Que los hombres son insensibles o las mujeres histéricas?
  ¿Qué los machistas las prefieren en casa rodeadas de ollas y pañales?
  ¿Que si son posibles las charlas “de hombre a hombre” que desean las ultra-feministas? 
  Las respuestas a estas preguntas terminan muy a menudo en debates donde se olvidan las virtudes de cada género. O los machistas olvidan su innegable origen femenino; o bien las feministas niegan lo que las hace mujeres. Pretender un trato igualitario sin contemplar las características intrínsecas de la mujer es olvidar las potencialidades de ambos géneros. 
  Ser distintos nos hace complementarios. La mujer aporta en su diversidad, pero al tomar caracteres masculinos en su lucha por la “igualdad” pierde aquello que la hace única, y al mismo tiempo, tan multifacética como jamás podrá serlo un hombre.
  Machismo y feminismo, dos caras de una misma moneda cuyo destino es girar eternamente. Muchos esperan su caída para ver qué lado sale favorecido, otros aprenden a interpretar la magia de su constante movimiento. 
  
  No se trata hoy de defender un género o atacar el otro, se trata de aprender a disfrutar de las bondades y el potencial de lo que nos ha tocado en suerte. 

Emma Van Weiden 
Mujeres para parir MUJERES 


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Mujeres en un Mundo Masculino