La Mujer Perfecta

 Vivir en el fuego cruzado, entre lo que la sociedad considera la Mujer Perfecta y lo que nos ha tocado en suerte no es tarea fácil. 
  La publicidad impone con protagonistas dueñas de cuerpos imposibles de imitar. Heroínas que luchan sin despeinarse, aventureras que no transpiran ni necesitan depilarse; mujeres cosmopolitas que crían hijos montadas en 15 centímetros de taco aguja: la publicidad promociona con cuerpos que no necesitan lo que ellos ofrecen.
  En otro extremo del campo, un grupo de iluminados gurús se empeña en convencernos de dos cosas: unos hacen hincapié en la belleza interior y sus -algunos muy rebuscados- valores; otros, enfatizan un mensaje acerca de la importancia del pensamiento positivo. Ambos grupos, con aciertos y desaciertos, ayudan a paliar, en parte, el desconsuelo de no saber donde estamos, o porque estamos como estamos -mucho menos saber hacia donde vamos-. El problema surge cuando su terapia mas intensiva se basa en mantras que repetimos día tras día con la esperanza de un cambio “mágico”. Así, la vida se nos escapa mientras nosotras vamos -con los ojos bien abiertos- esperando que la intervención divina toque nuestra puerta y convierta este mundo en lo que debería ser –o en lo que nosotras pensamos que debería ser-. Así, vamos por la vida con hermosos discursos prefabricados que no logramos adaptar a nuestra realidad diaria. 
  Si volvemos  la cuestión de géneros, según el mercado de solteros “no existe la Mujer Perfecta” -ellos quieren ser “libres”-, pero una falda entallada y algo de astucia puede convertirlos en aguerridos defensores de la vida en pareja. Indignantemente contradictorios. 
  El campo laboral también niega la existencia de una Mujer Perfecta. Portar buena presencia y un gran historial académico no son garantía de obtener un buen puesto -incluso un currículo muy extenso puede resultar intimidante y jugarnos en contra-. Pero –nuevamente: pero-, no contar con alguno de esos requisitos sí que garantiza una extensa búsqueda de trabajo. 
  ¿Cómo superar el Modelo de Mujer Perfecta si todos ellos proponen un modelo similar pero tan lejano a nuestra realidad cotidiana? 
  Vale recordar las características de aquella primera Mujer Perfecta:
  Bella.
  Carismática o Culta.
  Talentosa o Inteligente.
  ¿Como y desde donde tomar los ingredientes básicos de mi Mujer Perfecta?

  Llegamos a la madurez apuntalando inseguridades y haciendo malabares con los conceptos de “capacidad”, “irrepetibilidad” e “individualidad” tan nombrados en manuales y rondas de autoayuda. Tal es así que, aunque duela reconocerlo, nos termina resultando mas fácil comprender la “verdadera esencia única” de una mascota, antes que la propia.  
  Por otro lado 
  ¿Cómo se logra superar el modelo de Mujer Perfecta sin caer en un modelo de mujer narcisista y egoísta, atenta solo a sus virtudes y ciega a sus defectos?

  Descubrir la Individualidad de un nombre propio, valorar la Irrepetibilidad de las historias que forman una vida o definir el Sentido de Vida imprimible al rosario de días que aun nos queden por desgranar; tales cosas solo son posibles haciendo uso de –todos- los recursos a nuestro alcance. 
  El objetivo de esta publicación no es llegar a la última hoja con una colección de bonitos mantras, sino proponer una serie de actividades que permitan dar nueva vida a una vida ya creada. Dar vida a una mujer con mayúsculas. 
  Así como al concebir un nuevo ser, la mujer pone en marcha todos los mecanismos para asegurar el bienestar de su descendencia; las actividades detalladas apuntan a activar esos mecanismos, pero asegurando el nacimiento de una MUJER a la medida de tus deseos y posibilidades.
  
  Como primer ejercicio al proceso de superación, es necesario dejar fluir los conceptos y prototipos de Mujer Perfecta que habitan tu mente: los conceptos paternos, los de Hollywood, los de la Biblia; todos esos modelos femeninos deben hacer las paces entre sí, para dar paso a la MUJER que -por propia elección- llevara TU nombre.
  También es importante sincerarse acerca de los motivos que llevan a desear superar el Modelo de Mujer Perfecta: 
  ¿Lo haces por ti? 
  ¿Por otros? 
  ¿Por alguien en particular? 
  ¿Por nadie?
  En el camino hacia la auto superación la sinceridad juega un papel preponderante. Antes de siquiera pensar en la MUJER que puedes ser, debes prepararte para decirte la verdad y nada más que la verdad. 
  
  La auto superación puede ser un camino relativamente fácil si solo se piensa en metas y objetivos a cumplir. La verdadera cuestión está en distinguir que cada meta, cada objetivo obliga a una elección. Elegir es asumir la responsabilidad de tomar un camino y decidir recorrerlo de manera consciente. Más que un punto de llegada, la auto superación involucra un camino y una manera distinta de andarlo; una manera personal de recorrerlo. 

  Somos y seguiremos siendo blanco de un Modelo de Mujer Perfecta tan variable como culturas diferentes existan en el mundo. Aceptar y tratar de imitar ese Modelo puede ser tarea de toda una vida; superarlo: una utopía. 
  Nadie que haya recorrido ese camino ha publicado las instrucciones para seguir sus pasos. Tal vez, la clave de ese comportamiento también esté en nuestros genes: como madres estamos diseñadas para transmitir conocimiento a la cría, sin embargo también estamos programadas para protegerla de ideas revolucionarias. Este punto exime a nuestras madres y abuelas de cualquier reclamo sobre la actual situación de la mujer moderna.
  Ahora, 
  ¿Que pasaría si el modelo de mujer que nos venden no fuera tan imposible como nos quieren hacer creer?
  ¿Qué pasaría si descubriéramos que todas las mujeres somos fuertes y únicas como individuos?
  ¿Qué si un día descubriéramos quienes somos? 
  ¿Qué si un día no tuviéramos miedo de ser quienes somos? 
  ¿Y que si existiera una MUJER mucho más que perfecta para el mundo y para nosotras mismas?

  Ya no hay modelo masculino que someta a la mujer, ni condicionantes que nos limiten a ningún entorno. 
  Es hora de salir a la superficie y superar ese Modelo de Mujer que nos imponen. Nadar contra la corriente de los miedos y la autocompasión para llegar a ese punto de inflexión en la mente y el corazón femenino. Se debe llegar a ese punto para poder decidir cual es nuestro Destino:
  Si es el de criar niños, lo haremos con conciencia de nuestra misión; formando seres que enriquezcan el Planeta y la Raza. 
  Si queremos ser esposas y amas de casa lo haremos conscientes de nuestra elección, siendo fieles al camino elegido.  
  Si el objetivo es conquistar el mundo; será cuestión de tiempo para que un nombre de MUJER se escriba en la piedra perpetuando el legado con el que se ha conquistado, no solo el mundo actual, sino la Historia de la Humanidad.


Emma Van Weiden 
Mujeres para parir MUJERES


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Capitulo II