Mujeres Para Parir

 Alejándome ya del Concepto de Mujer, y su variable interpretación en cada punto del globo o momento histórico particular; busco ahora un denominador común a todos los individuos del género donde poder sentar bases para la auto superación femenina.
  
  ¿Cómo unir realidades tan diversas a los millones de mujeres que habitan hoy la Tierra? 
  ¿Qué características de la mujer actual tomar como guía para el desarrollo de millones? 
  ¿Tomar el modelo de una mayoría trabajadora, o buscar en el mundo cinematográfico un modelo femenino a seguir? 
  ¿Cómo lograr un lenguaje común a millones de mujeres con necesidades -y carencias- vitales y emocionales tan diversas? 
  ¿Como generar un punto de encuentro cómodo entre amas de casa tradicionales y mujeres modernas que sacrifican bajo la mano del cirujano plástico la estética heredada? 
  ¿Cómo imponer una voz propia sobre los ruidos de un mundo se empeña en envasarnos en cuerpos ajenos? 
  ¿Cómo dibujar el mapa común a todas, pero respetando las líneas de personalidad de cada una? 
  
  Analizar los roles habituales de una dama moderna (Trabajadora, Ama de Casa, Amante, Mujer y Madre) abre tema de debate a quien así lo prefiere, mas no es esa la intención de estas líneas. Lejos de buscar porfía en la diferencia de opiniones, se busca una reflexión respetuosa y vinculante a millones de realidades diferentes.
  Teniendo en cuenta las variables de tiempo y espacio, el rol que destaca por sobre los demás; quizá por el elemento biológico que se desprende de su esencia, es la función de Madre. La maternidad; como fenómeno instintivo, hormonal, genético y necesario para la perpetuidad de la raza, es intrínseca al ser femenino. Ser madre; como fuente de auto realización de una mujer que se dispone a vivirla o como elección de vida para quien decide postergarla. 
  La maternidad: incluso despojada del simbolismo social, religioso o psicológico no puede ser desprendida de la naturaleza femenina. Aun quitando el factor fundamental de parir un ser humano, la maternidad se halla latente en el genero. 

  El binomio mujer-maternidad puede ser alabado o despreciado con el mismo énfasis y la misma calidad argumentativa; sin embargo, lejos de buscar los matices platónicos o dantescos del concepto, la intención es encontrar una aplicación práctica a tal cualidad -irrevocablemente femenina- en el pos del desarrollo del género. 


  Aunque el útero no haga a la madre, la anatomía -y fisiología- del cuerpo femenino insinúan desde su madurez sexual la condición de mujer procreadora. Sea cual sea la cultura o el idioma; diversas características del cuerpo biológico femenino nos remiten al concepto de maternidad y sus derivados. Si bien los pechos se revelan también como un atributo erótico de gran peso en el marco del comercio sexual; en el contexto de Natura y sus sabias disposiciones, los pechos se guardan cual tesoro de vital importancia para la supervivencia de un futuro crio.  


  Más allá del libre proceder al respecto de la maternidad -mujeres que deciden no ser madres, mujeres que adoptan-, y mas allá de cual sea la realidad concreta de cada una -mujeres pobres o ricas, blancas o de color, con educación básica o con extensos currículos- y –aún- mas allá de que nos guste o no la idea de parir algún día: todas las mujeres “sabemos” lo que significa ser madres. 

  Aun cuando cada mujer tenga un comportamiento propio y particular frente a la maternidad, Natura ha delegado en las mujeres de la raza el poder de dar vida a un nuevo ser humano y; ya sea inculcado a fuerza de repetición o traído desde las cavernas, la maternidad otorga un saber común a todas las del genero; una idea común en nuestros femeninos cerebros. 
  
  Según la RAE la palabra “madre” se interpreta entre otros como “hembra que ha parido”, o bien “hembra respecto de su hijo”. En la misma línea dice “matriz en que se desarrolla el feto”, y en un concepto final mas amplio “causa, raíz u origen de donde proviene algo”. Nuevamente recalco la condición femenina del concepto “maternidad”, más un detalle de notable importancia: “causa, raíz u origen…”.

  Entonces, si subrayo la maternidad como “cualidad potencial” de una mujer y no como “factor determinante” de la identidad femenina, -es decir, si incluyo la maternidad dentro de las “capacidades” y no dentro de las “condiciones” para ser mujer-; es a partir de esa conclusión, que puedo buscar una aplicación practica a la capacidad femenina de ser “causa, raíz u origen” de algo. Ese algo bien puede ser mi oportunidad de reivindicar el concepto de “mujer”.

  Si lo que busco es un punto donde sentar las bases de la auto superación; si lo que busco es un punto que sea denominador común a millones de féminas actuales:
  ¿Está en su capacidad de ser “causa, raíz u origen” la clave para generar una nueva realidad acorde a las necesidades de la mujer actual? 
  ¿Cabe relacionar el concepto de “Desarrollo Personal” con la capacidad “causar u originar” –voluntariamente- nuevas pautas de comportamiento a fin de mejorar la calidad de vida de millones de mujeres?

  Si el embarazo -gestación y parto- dan lugar a una nueva vida; y el Desarrollo Personal busca generar –originar o causar- mejoras en la calidad de vida de un individuo 

  ¿Es posible hallar la analogía entre ambos para “gestar y parir” un ser femenino nuevo y perfeccionado?
  ¿Es posible que una mujer -con sus defectos y limitaciones particulares- dé lugar al nacimiento de una MUJER -con virtudes potenciadas adaptadas a la realidad que cada una elija para desarrollarse?

  ¿Es posible para las mujeres de hoy  “gestar y parir” a las MUJERES del mañana?



Emma Van Weiden 
Mujeres para parir MUJERES



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Capitulo III